Introducción
Está acertado Vaquero Turcios al concluir que Arte Psicopatológico, Imaginería de los enfermos mentales, Art Brut, Arte de los Locos… son nombres que tratan de definir unas obras que, objetivamente, son obras de arte, sin necesidad de etiquetas limitadoras. Nadie se pregunta por la salud mental del arquitecto que proyectó la pirámide de Quetzalcoatl en Teotihuacan, ni por la del pintor de los frescos del Mono azul en Knosos ni por la del autor de Melpómene y Atlanta. Decir Arte Psicopatológico o Arte de los locos es algo tan incorrecto como decir Arte Griego o Arte de los Griegos. Algo donde caben muchas cosas distintas y hasta opuestas, y que, más que definir un estilo define una geografía. En este caso la de los hospitales y asilos donde la mayoría de las obras fueron hechas (Cf. IV Congreso Nacional de Psiquiatría. Estéticas de la angustia. Oviedo 1999, p.217).
Exposición sobre la Esqueletomaquia
Las obras proceden de la Exposición permanente del Centro San Juan de Dios de la Orden Hospitalaria en Ciempozuelos (Madrid). La mayor parte de ellas datan del siglo XX y agrupadas en varias salas siguen el criterio orientado al estudio diagnóstico de sus autores: desde esquizofrenia, trastorno bipolar, toxicodependencias… de forma que el Centro San Juan de Dios aporta a la Psiquiatría; un inmenso campo experimental y de investigación; a la Piscología Clínica: unas experiencias evolutivas en la asistencia por terapias, tanto de conducta como de educación; a otras profesiones: el haber sido caldo de cultivo de las más variadas iniciativas y sugerencias creadoras, tanto recreativas, artísticas como asistenciales; a la Psicología del Arte: un catálogo de obras, en correspondencia con los síntomas psicopatológicos de sus autores, que precisan de un serio análisis e investigación sucesivos, para poder constatar, que el deterioro clínico, influye en la producción pictórica de artistas afectados de alteraciones mentales.
Carlos González Rajel
Es el creador de la Esqueletomaquia en 1931, dando lugar a una verdadera babel de opiniones un tanto encontradas.
Carlos es “Perfil de Quijote redivivo,/ espadachín silente de tinieblas,/ antigua estampa de hidalgo aventurero/. Tu eres rey de las cavernas de la vida,/ ¡o flaco pierrot de huesos podridos!/ ¿Loco? Artista, soñador, poeta./ Cyrano burlón y galante./ Bailarín en la bacanal sarcástica/ de los perros y los espectros./ Niño, muchacho, viejo dandy de verbena,/ cortejador de la luna./ Sibarita en la cena de las calaveras./ Bastón de bambú de las carcajadas./ Pato altivo con bufanda de ironías./ Blanca cabeza de nieve/ extraída de la sima de los muertos./ Roja sangre de tragedia tabernaria/ la de tus mejillas de escanciador nocturno,/ en bohemia de tascas perdidas./ Carlos: viejo encantador;/ cantarín muchacho con voz de trompeta funeraria;/ niño burlón que te ríes de todo…/ ¡Vamos a ponerle a la carne de hielo de los hombres/ el esqueleto de sol que les falta.” (Juan de la Plata. “Oda esqueletomáquica al pintor Carlos González Rajel” Diario de Jerez, 17.06.1990)
Carlos González Rajel es un pintor que cae enfermo y como reconocimiento a su “arte” se brinda esta sencilla exposición, una de las muchas que ha tenido, y que intenta dar luces a su obra y a su creación, que brilla por sí misma, para que de alguna manera impidamos que se olvide para la historia. A pesar de sus posibles limitaciones, que al final de su vida fueron muchas, Carlos aporta a la Psicología del Arte dos importantes capítulos que, como sucede casi siempre, algunos otros artistas han podido apropiarse como estilo: la Esqueletomaquia definida por él mismo como “el arte de ver más allá de donde alcanzan nuestros ojos” y la interpretación pictórica de las láminas del test Rorschach. Otras obras reflejan su gran capacidad de observación del entorno, posible influencia de Goya, así como algunos rasgos de su personalidad, incluso cuando se ve alterada por la enfermedad (adicción al alcohol y psicosis maniacodepresiva).
Calixto Plumed Moreno, OH