PIEZA DEL MES
Lancetas
Muchos de los instrumentos más sencillos arrastran la baja estima de su trascendencia pero, al contrario, muchos de ellos han perdurado durante siglos, quizá milenios, con su uso diario de acuerdo a las teorías de la época, que a veces se alargaron en exceso. Tal es el caso de la lanceta.
El “Diccionario de Términos Médicos” dice que proviene del francés lancette, a su vez del latín lanc(eam) “lanza” y del sufijo ette “pequeño” y que está documentada desde 1200. Así la define: Instrumento para realizar pequeños cortes en la piel o en las venas, con forma de hoja de bisturí pequeña, alargada, puntiaguda y, generalmente, con ambos lados afilados.
Generalmente se utilizó, a lo largo de una enorme etapa de la medicina, para realizar cortes en venas periféricas a fin de evacuar la sangre “sobrante” en el organismo, y con ella los humores que, en exceso, eran los causantes de la enfermedad. La sangre se recogía en un cuenco para medir después la cantidad extraída. Todo el mundo fue sangrado, desde menesterosos hasta reyes, pues la doctrina humoral de Galeno pervivió por siglos. Otro tanto se hacía con las sanguijuelas y con el mismo propósito, pero por succión de la misma por parte del animalillo (del género de los hirudíneos) no obstante el buche de este hematófago permite almacenar sangre hasta cinco veces su tamaño.
La sangría estuvo encomendada a los cirujanos menores, flebotomistas o flebotomianos también llamados sangradores, en lo más representativo de lo que hacían. En España no escasea la literatura sobre el buen uso de la sangría y bien conocidos son en el siglo XVII las cartillas de Alonso Muñoz y Diego Pérez de Bustos, a su vez nombrados “Sangradores de su Majestad y sus Protobarberos” en sus obras Instrucción de los barberos flebotomianos y Tratado breve de flebotomía. La titulación de estos prácticos menores de la cirugía llegó en su momento, año de 1861, a denominarse de “Practicantes” y no es de extrañar que en Barcelona surgiera un periódico como órgano oficial de la “Unión de Cirujanos, Ministrantes y Practicantes” titulado, precisamente, La Lanceta. Ningún otro instrumento podía identificarse mejor con este oficio.
Las piezas que traemos son tan elocuentes como sencillas. Constan de un mango y una hoja afilada. Es de mérito museístico importante el ejemplar que recoge tres hojas con un apéndice de forma triangular que se guardan en una funda también metálica, datada en el siglo XIX.
MI DONACIÓN
Merece nuestra atención este mes la generosa donación que ha hecho al MMIM el Excmº. Sr. D. Gonzalo Piédrola Angulo, Académico de número de la RANM. Se trata de las condecoraciones que su padre, el que también fuera Académico de número de esta corporación, Excmº. Sr. D. Gonzalo Piédrola Gil, recibiera a lo largo de su trayectoria profesional.
La vida profesional de Piédrola Gil tuvo dos referencias claves: la milicia y la docencia, además de otras como médico, escritor o investigador. En ambas, sus mayores méritos quedaron sustanciados en las condecoraciones que recibió y que ahora han pasado a formar parte de los fondos del MMIM: las Medallas de las Reales Academias de Medicina de Granada y de Madrid, la Placa de la Orden Civil de Sanidad, la Medalla al Mérito Militar con Distintivo Blanco o la Cruz y Placa de San Hermenegildo, entre otras.
Igualmente ha recibido el MMIM el Bastón de mando y el Sable, los cuales logró en calidad de General del Ejército español, no obstante su trayectoria en el Cuerpo de Sanidad Militar logró tan altas cotas. En fechas próximas, precisamente con motivo de la celebración del V Centenario de la Sanidad Militar, tendrá lugar en el Parque de la Ciencias de Granada una exposición conmemorativa. A tal fin, todo este legado, solicitado por los organizadores al MMIM, será mostrado en tal evento.
NOTICIAS
Mesa redonda sobre presente y futuro de los museos
El viernes 7 de marzo, el Director técnico del Museo, Prof. Javier Sanz, acudió al Círculo de Bellas Artes donde se celebró una mesa redonda bajo el título: Repensar el Museo: Estrategias actuales y próximas tendencias. Moderada por Javier Aguado, participaron Guillermo Solana, Javier Viar y Ferrán Barenblit, respectivamente directores del Museo Thyssen-Bonermisza, Museo de Bellas Artes de Bilbao y del Centro de Arte Dos de Mayo. Bajo su propia experiencia analizaron el momento actual de estas instituciones en el entorno de la crisis económica que vive la sociedad mundial, pero también cómo se deberá enfocar el futuro de instituciones de este tipo, las cuales han tenido que asumir en buena medida tareas de autogestión al ver reducida la aportación pública. Tras un debate en el que no sólo se culpó a la situación actual de la crisis económica sino también de valores y se apuesta por un acercamiento al público desde tempranas edades educativas, el moderador, Javier Aguado, cerró el acto con una frase contundente que ha de reunir cualquier museo en el futuro: un plan expositivo, una colección, una identidad.