PIEZA DEL MES

Sierra de Gigli

Nada más sencillo que un hilo cortante unido por dos empuñaduras que al traccionarlas coordinadamente, cada una con una mano, producen un corte, casi como la sierra de dos mangos que utilizan los leñadores para cortar un gran tronco. Cierto, pero a nadie se le había ocurrido hasta entonces, y fue el italiano Leonardo Gigli, quien facilitó poder acceder a intervenciones ginecológicas y neurológicas como antes no se había hecho con este sencillo utensilio.

Leonardo Gigli nació en 1863 en Sesto Fiorentino, estudió en Florencia la Medicina y se graduó en 1889. Tras iniciarse como cirujano pediátrico, se unió a Domenico Chiara, de esta facultad, para aprender la obstetricia y la ginecología. Cuando fallece su maestro en 1891, Gigli viaja a Paris y se forma con Étienne S. Tarnier, después prosigue viaje a Londres y Vratislava, empleándose aquí bajo el magisterio de Henry Fritsch y también asiste a Jan Mikulicz. Es en este tiempo cuando diseña la sierra que llevará su nombre para realizar pubiotomía lateral u “Operación de Gigli”. En marzo de 1894 regresa a Florencia para trabajar en el Hospital de Santa María Nuova del que será nombrado director cinco años después para renunciar en 1901 al querer dedicarse a la investigación y a la práctica privada. Desgraciadamente fallece, en esta ciudad, en 1908 a consecuencia de una neumonía. Contaba tan sólo con 44 años de edad.

En su etapa florentina enseñó a sus colegas la pubiotomía lateral y también utilizó su invento para serrar otros huesos, salvo los craneales. Sin embargo, el Prof. Alfred Obalinski, de Cracovia, describiría su uso para practicar la craneotomía ese mismo año de 1897.

El artilugio (Sigs. CE139 y PRC3/20366) es bien sencillo: un hilo de sierra queda sujeto por los dos mangos en T. Cada uno con una mano es tensado por el cirujano en el punto de corte y se va produciendo la separación de ambos extremos, bien en el pubis, bien en el cráneo. Nos refiere el Prof. Luis García Sancho cómo en la craneotomía se procede a la realización de varios agujeros en la zona donde se abrirá después el campo quirúrgico, luego se pasará la sierra entre el primero y el último, y por tracción externa repetida se producirá el corte más fácilmente.

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MI DONACIÓN

Dilatador valvular de dos ramas de Figuera

Donados por el Académico correspondiente de la RANM, Ilmº. Sr. D. Santiago Tamames Gómez, proceden de la colección particular que formara su padre, el que fuera Académico de número, Prof. Santiago Tamames Escobar, y han sido catalogados en el MMIM (CE1007 y CE1008). Según testimonio del donante, fueron utilizados ampliamente tanto por su progenitor como por el creador del instrumento, el también Académico de Número de la RANM, Excmº. Sr. Prof. Diego Figuera Aymerich, ambos reconocidos entre los principales cirujanos cardiovasculares españoles.

Diego Figuera Aymerich (1920-2003) estudió la carrera en la Facultad de Medicina de Madrid y se unió al Prof. Martín Lagos como médico interno. Fue catedrático de Patología y Clínica Quirúrgicas en las Universidades de Zaragoza (1962) y Autónoma de Madrid (1980). Entre sus muchos méritos profesionales destaca el ejercicio de la presidencia de la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular o la vicepresidencia del International College Of Angiology. En la Real Academia Nacional de Medicina ingresó como miembro de número el 5 de noviembre de 1985, ocupando el sillón 21, tras leer su discurso de recepción titulado El trasplante cardíaco. Dificultades en España: sus causas, remedios y futuro.

Según Tamames Gómez, el procedimiento de acceso a la válvula mitral por vía transventricular llegó a considerarse la técnica de elección, sin embargo los buenos resultados no dependían tanto de ella como del instrumento a emplear, de ahí que al desarrollarse el dilatador de dos ramas de Figuera se cambiase el acceso a la aurícula izquierda. Este no presentaba el inconveniente de traumatizar el ventrículo izquierdo al ser introducido, conducido por el dedo, desde la aurícula izquierda, sin necesidad de sacar el dedo explorador, que guiaré con facilidad el instrumento.

Ambos son muy similares: fijándonos en el triángulo que forman los aros, se introduce el pulgar en el inferior e índice y corazón en los superiores. Al aproximar los tres dedos se produce la apertura del extremo distal del dilatador, que está articulado, logrando la apertura a demanda. Mientras uno la regula mediante un muelle, de tal manera que se llega a la apertura máxima una vez el muelle queda totalmente comprimido, el otro tiene una rosca que regula la apertura al ser corrida al número de la escala (de 1 a 4) elegido, y dicho tope choca con el vástago central impidiendo una apertura mayor.

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NOTICIAS

A principios del mes de marzo visitó la Real Academia Dª Elena Hernando, Directora Gerente de la Fundación Lázaro Galdiano. Esta visita forma parte del programa de contactos que tiene establecido el MMIM entre los más prestigiosos profesionales del mundo museístico a fin de recibir asesoramiento sobre las posibilida.des de desarrollo museístico y expositivo.

Igualmente ha venido visitando la Real Academia y sus exposiciones temporales Dª. Carmen Palacios, directora de la Galería de Arte y Tienda de Antigüedades especializada en Art Dèco “Tiempos Modernos”, con quien hemos intercambiado puntos de vista sobre el ámbito de la exposición temporal.

El director técnico del MMIM visitó en la Biblioteca Nacional la exposición “Generación del 14. Ciencia y modernidad” inaugurada el 14 de marzo y que se puede contemplar hasta el 28 de mayo. Esta excelente muestra panorámica de una generación intelectual brillante en nuestro país, cuenta con la aportación médica representada, entre otras, en las figuras de Gregorio Marañón o Teófilo Hernando o Gonzalo Rodríguez Lafora, cuyos retratos a cargo de consagrados pintores coetáneos se pueden contemplar. Las palabras del primero de estos grandes médicos retratan perfectamente este grupo de alta calidad que descolló apenas se iniciaba el siglo XX: Hay generaciones que… sin previo acuerdo, actúan como tal comunidad cronológica, independientemente de la acción personal de sus prohombres. A esta generación nuestra… se debe un golpe de timón que puso definitivamente la ciencia española proa al universo. La exposición, comisariada por Antonio López Vega, tiene un perfecto diseño que perfectamente pudiera servir de modelo para el planteamiento del proyecto que viene estudiando el MMIM.