Gaceta de Actualidad- Septiembre – Octubre 2020

Museo de Medicina Infanta Margarita

Museo de Medicina Infanta Margarita

Nº 59 - 30 de octubre del 2020

Real Academia Nacional de Medicina de España

BIENVENIDA

Excmo. Sr. D. Luis Pablo Rodríguez Rodríguez
Director del Museo

COMISIÓN DEL MUSEO DE LA RANME

Excmos. Sres. Académicos de Número

D. Luis Pablo Rodríguez Rodríguez
D. Javier Sanz Serrulla
D. Diego Gracia Guillén
D. Enrique Casado de Frías
D. Vicente Calatayud Maldonado
D.ª M.ª del Carmen Maroto Vela

Ilmos. Sres. Académicos Correspondientes

D. Francisco Vázquez de Quevedo
D. Eliseo Carrascal Marino

UNIDAD TÉCNICA

Excmos. Sr. D. Javier Sanz Serrulla
Director Técnico
D.ª Celia Rodríguez Varela
Catalogación

Museos sostenibles.

Nadie esperaba esta Pandemia, por mucho que conozcamos la existencia histórica de otras previas, que siempre quedan lejos, incluso las más recientes. Nadie esperaba las repercusiones económicas que esta Pandemia iba a traer consigo y, de alguna manera, entramos en otro tiempo, muy difícil y de imprevisible duración. En lo nuestro, algunas actividades se viene resintiendo cuando aún estamos en plena Pandemia. Traemos ahora el caso, por ejemplo, del Brooklyn Museum de Nueva York que el pasado 15 de octubre ha sacado a subasta doce piezas de sus fondos en la casa de subastas Christie’s. Se trata de pinturas de Cranach el Viejo, Camile Corot o Gustave Courbet, entre otros. Y por ejemplo, también, el Everton Museum de Siracusa hizo lo propio un mes antes con una obra de Jackson Pollock, con precio de salida de 12 millones de dólares, en este caso para adquirir nuevas obras. Incluso la Royal Academy of Arts de Londres ha propuesto, en realidad un grupo de académicos, deshacerse del bajo relieve “Tondo Taddei” de Miguel Ángel, estimando su venta en 110 millones de euros pues de ello depende un 40% de la plantilla de la Academia.

Estas son pruebas, en lo nuestro, insisto, de la dificultad que tienen ciertas instituciones para mantener viable su proyecto y no verse abocadas al cierre, temporal o definitivo. El problema, cuando dichas instituciones son señeras, es de peor solución pues no pueden renunciar a una grandeza acrisolada. Sin embargo, los nuevos proyectos han de ser bien calibrados, habida cuenta de un futuro incierto, es decir, han de ser económicamente sostenibles. Esta fue una de las conclusiones más contundentes del I Foro de Museología que tuvo lugar en esta Real Academia el 28 de febrero de 2015 en la que participaron autoridades con gran experiencia de gestión en la museología no sólo ya científica sino nacional.

Bajo esta premisa debe guiarse a nuestro juicio el proyecto de la sede permanente del Museo de Medicina Infanta Margarita, que no debería demorarse en su ejecución. Y ante la probabilidad de que los tiempos futuros sean inciertos en materia económica, habrá de orientarse hacia una dimensión abarcable. De los varios museos médicos europeos que el Director técnico del MMIM ha visitado, evidentemente costeados los viajes por sí mismo, son de cabal interés los localizados en sedes de instituciones afines y con capacidad para acogerlos, en la dimensión que corresponda. Caso paradigmático es el “Musée d’Histoire de la Médecine” de la Facultad de Medicina de la Universidad de París, instalado en su segunda planta. Acoplado a las dimensiones del edificio, lógicamente, exhibe una muestra amplia de objetos antiguos de valor indiscutible, y son los que generalmente presentan mayor atractivo para el visitante por dos motivos: al ser el legado más antiguo motiva a la reflexión sobre la medicina ejercida en mayor precariedad, y poseer la pátina del tiempo que las dota de un atractivo especial pues la mayoría son objetos de época no industrial, casi siempre artesanales e irrepetibles.

El equipo técnico del MMIM viene trabajando con este ideario. Y el muy selecto museo tendría perfecta cabida en el edificio de la Real Academia Nacional de Medicina de España, con las mismas modificaciones que han podido sufrir en sus últimos tiempos algunas de sus dependencias sin que se hayan resentido la estructura ni la distribución de la misma, sino que tiempos de mejora vienen a aportar otra dimensión necesaria. Tras el análisis de otras varias propuestas es la única que hace que este exquisito Museo sea sostenible económicamente.

Prof. Javier Sanz
Director técnico del MMIM

Pieza del mes.

Veneno.

Recipientes de veneno

En la sección farmacológica del MMIM constan tres recipientes –dos cajitas y un frasco- con la contundente leyenda de VENENO, bajo el símbolo de la muerte que representaba la calavera humana sobre dos tibias cruzadas en aspa.

Aunque algunos venenos como el de las abejas o el de algunas serpientes gozan de tradición más que milenaria entre la terapéutica ancestral, y también el obtenido del cornezuelo de centeno, más de un profano siente extrañeza al ver en un ambiente de fármacos que, mal que bien, es de consenso general que intentaban la cura de las enfermedades casi de cualquier índole, encontrarse nada menos que con aquello que induce a lo que gráficamente representa, la muerte. Sin embargo, cuando atienden a la explicación de que sus destinatarios serían ciertos animales nocivos o molestos en la casa, acaban entendiéndolo. No obstante, la imagen gráfica del trisílabo y los huesos humanos no dejan de impactar en una primera visión.


Mi donación.

Medalla del Dr. Marañón.

Entre las piezas numismáticas del MMIM existe una medalla con el busto del Dr. Gregorio Marañón, Académico de Número que fuera de esta Real Academia Nacional de Medicina, además de la Española y las de Historia, Bellas Artes y Morales y Políticas, que ya fue reseñada en la “Gaceta de Actualidad” de marzo de 2016.

Una nueva medalla viene a añadirse a los fondos del museo, que cuenta con algunos ejemplares como las de Laennec (3 ejemplares diferentes), Cajal, Gimeno, Castroviejo o Pedro Pons. Se trata de una nueva donación del Prof. Javier Sanz, Académico de Número y Director técnico del MMIM.

Las características de esta medalla en bronce, de 8 cms. de diámetro y labrada en relieve, como puede comprobarse en las imágenes son las siguientes: en el anverso ocupa el lugar principal el perfil de Gregorio Marañón, citado así y en mayúsculas, que aparece flanqueado por las fechas de nacimiento y muerte, 1887-1960, y un microscopio, símbolo de la investigación científica; en el reverso el árbol ocupa lugar central de la ciencia rodeado de un pensamiento marañoniano: SI SE VE DETRAS DE LO QVE DIGO A ALGVIEN QVE PASA Y NO NOMBRO ESE ALGVIEN SOY YO.


Madrid, Museo de la Medicina.

Calle del Marqués de Toca.

En el barrio de Embajadores, limitada por las calle de Atocha y Santa Isabel, discurre la rotulada como “Calle del Marqués de Toca” que deja nombre y apellidos además de las fechas de nacimiento, 1806, y defunción, 1880. No es casualidad que próximas a la antigua Facultad de Medicina y al Hospital de San Carlos florecieran en las esquinas de muchas de estas rúas los nombres de célebres médicos de la época como Argumosa, Fourquet, Mata o Drumen.

Indicador de la calle del Marqués de Toca

Melchor Sánchez-Toca Sáenz de Lobeza nació en Vergara (Guipúzcoa) el 5 de enero de 1804. Tras los primeros estudios en el seminario de aquél lugar y posteriormente en la Universidad de Oñate, ingresó para estudiar la Medicina en el madrileño Colegio de San Carlos, en 1826, especializándose en Cirugía como alumno distinguido de Argumosa. En 1834 ganó el grado de Doctor y decidió quedarse en la capital del reino donde obtendría importantes éxitos profesionales como la obtención por oposición, a fecha 20 de marzo de 1837, de la Cátedra de Operaciones de la Facultad de Medicina, a resultas de lo cual y conforme al reglamento de la época se incorporó el 1 de abril de ese año como miembro de la Real Academia Nacional de Medicina, con la medalla nº 3, y cuya presidencia ocuparía tras las elecciones de 1866, 1868 y 1876.

Retrato al óleo de Melchor Sánchez de Toca, firmado por LM (¿Luis de Madrazo?). Real Academia Nacional de Medicina de España.

Práctico más que teórico, formó a su lado a eminencias como Juan Creus y Manso, a la postre su sucesor en la cátedra madrileña y en la Academia.

Atendió a la Familia Real como su médico y cirujano, distinguiéndole con el marquesado de Toca, y falleció el 4 de julio de 1880, recibiendo sepultura sus restos en su villa natal, donde se había retirado una década atrás.

Al menos dos testimonios más pueden contemplarse en instituciones médicas madrileñas íntimamente vinculadas. El primero es una placa en su memoria que flanquea, junto a la de su compañero Argumosa, la presidencia del Pequeño anfiteatro del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid, antigua Facultad de Medicina de la Universidad Central. 

Placa en su honor, en la antigua Facultad de Medicina de la Universidad Central, actual Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid.

El otro es el hall de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, conforme se ingresa en el edificio, a mano izquierda. Se trata del cuadro de enormes dimensiones en el que el egregio profesorado madrileño asiste a una operación protagonizada por Diego de Argumosa. Pues bien, la figura de uno de los asistentes, Melchor Sánchez de Toca, es la primera de los sentados a la mano derecha del operador Argumosa.

Melchor Sánchez de Toca, sentado, es el más próximo a la mano derecha del operador Diego de Argumosa. Hall de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.