Una mirada a la Historia de la Otorrinolaringología en España. Esta muestra retrospectiva de personajes, instrumentos, libros e imágenes, quiso ser un breve resumen de cuanto la Otorrinolaringología, como especialidad médico-quirúrgica, ha supuesto en el avance general de la medicina española. Una breve pincelada evocadora de esta parcela de la ciencia médica, que se presenta como avance y sugerencia de lo que podrá ser, quizás pronto, una realidad en el contexto del proyectado Museo Nacional de Medicina.
Como todas las especialidades médicas, la Otorrinolaringología nace en el siglo XIX en el discurso positivista del avance científico, con una inicial parcelación en el estudio de sus órganos independientes, de tal manera que unos médicos se dedicaron, a partir de 1850, al estudio profundo de la Otología, otros al de la Laringología, y otros a la Rinología.
En España surgen los primeros interesados en el estudio del oído, la laringe y la nariz en la Escuela de Medicina de Sevilla. En ella forman Rafael Ariza y el cirujano Federico Rubio y Galí, junto a otros médicos de relieve, como Cayetano Del Toro y Quartelliers, o Ramón de la Sota y Lastra, procedentes de otras ciudades de España. Hacia 1880, es el doctor Rubio quien amalgama a todos ellos y los concentra en su genial aportación, el Instituto de Terapéutica Operatoria, de Madrid, un centro verdaderamente moderno, copia de los institutos británicos, alemanes o austriacos, en el que se desarrollan las especialidades. No puede olvidarse la aportación que Cataluña hace, con algunos años de retraso, a esta naciente parcela médica, surgiendo desde la Ciudad Condal especialistas de gran talla, que primero como profesores particulares (así se denominó en principio a los especialistas que trabajaban de forma particular y aislada) y luego en el seno de las cátedras de la especialidad, que surgen a inicios del siglo XX, fueron ofreciendo avances notorios al desarrollo del conjunto de conocimientos especializados.
Los primeros especialistas de Madrid (Ariza, Uruñuela, Botella, Horcasitas) y los de Barcelona (Suñé i Molist, Botey i Ducoing, Roquer, Casadesús) se unirán para dar vida a la especialidad, de forma institucional, a través de sociedades científicas (la primera fue la Sociedad Española de Otorrinolaringología, con sede en Barcelona, creada en 1886) a través de Congresos (el primer Congreso Nacional de Otorrinolaringología tuvo lugar en Madrid en 1896) y de creación de Servicios dedicados al estudio y tratamiento de las enfermedades de la especialidad, en el contexto de Hospitales grandes y generales, que sólo podían crearse en las ciudades principales. Otro de los creadores que más aporta a la naciente especialidad es el catalán Ricardo Botey i Ducoing, quien desarrolla numerosas técnicas, entre ellas la de la resección subpericóndrica del cartílago cuadrangular además de proponer cientos de instrumentos novedosos para la exploración y la cirugía de todas las áreas ORL.
En Madrid surge la figura, a principios del siglo XX, de Antonio García Tapia, quien además de catedrático en la Universidad Central se erige como director del Servicio en el Instituto de Terapéutica Operatoria, y creador de un centro de enseñanza de alto nivel en “Villa Luz” abriendo el camino de la esofagoscopia, de nuevas técnicas en la laringectomía, y de la descripción de nuevos síndromes.
Esta pequeña muestra trataba de servir de recuerdo del nacimiento y desarrollo inicial de una especialidad en España, y que podría constituirse en germen de una importante sala en el futuro Museo Nacional de Medicina, se aportaron los imprescindibles detalles que memoran a figuras, centros, instituciones, libros e instrumentos con los que aquellos pioneros, de hace más de un siglo, dieron los primeros pasos en la Otorrinolaringología española.
