EXPOSICIÓN
Historia de la Urología Hispánica
El pasado 20 de noviembre quedó instalada la exposición titulada “Historia de la Urología Hispánica”, dentro del programa de exposiciones temporales que organiza el MMIM. Comisariada por el Ilmo. Prof. Remigio Vela Navarrete, Académico correspondiente honorario y Catedrático emérito de Urología, ha contado con el patrocinio de la Asociación Española de Urología y la Fundación para la Investigación en Urología.
El planteamiento de la exposición se desarrolla conforme a una secuencia evolutiva de esta especialidad médico-quirúrgica desde los orígenes hispánicos, de acuerdo a dos dimensiones principales: patología y terapéutica, bajo el testimonio histórico de quienes en cada periodo se consagraron al estudio de las mismas con el fin prioritario de poner remedio.
Una vez más, España ocupó un lugar destacado en la definición de lo que más adelante se consolidaría como especialidad, y fue posible gracias al libro de Francisco Díaz titulado “Tratado nuevamente impressso, de todas las enfermedades de los riñones, vexiga y carnosidades de la verga…”, editado en la temprana fecha de 1588, punto de partida de la después denominada “Urología” no sólo a nivel local sino internacional.
De nuevo, conforme al criterio prioritario del MMIM, se ha procurado la exhibición de piezas de singular valor histórico y artístico. Así, además de las prestadas generosamente por particulares, se pueden contemplar las primeras ediciones tanto del libro de Díaz como del “Tratado del mal de piedra e yjada” de Julián Gutiérrez de Toledo, junto a las escayolas procedentes del Museo de Anatomía “Javier Puerta” de la Universidad Complutense de Madrid, y alguna de las piezas en cera más antiguas, pero también simbólicas, como un riñón en herradura.
En definitiva, la muestra recoge la evolución de una especialidad que, tal como reza el último de los 14 paneles que la informan, cuenta en España con la mayor cartera de servicios de la especialidad a nivel público en Europa, destacando muy principalmente la contribución de nuestro país en tiempos ya relativamente recientes al trasplante renal.
La perspectiva histórica, como patrimonio imprescindible para enfocar el futuro de la especialidad, fue tratado en la sesión extraordinaria que se celebró en la mañana del día 16 de noviembre, coincidiendo con la egresión de los MIR del último año de la especialidad.
Como es tradición en este tipo de exposiciones monográficas, se celebró una “Sesión científica extraordinaria”, que a fecha 16 de noviembre, contó con la participación de los profesores Manuel Esteban Fuentes (Presidente de AEU), Juan José Gómiz, Mariano Pérez Albacete y Remigio Vela Navarrete, ante un auditorio compuesto, principalmente, por los médicos internos residentes (MIR) del último año de la especialidad, destinatarios del mensaje que, con el recuerdo del notable pasado desarrollado por los precursores, les compromete para que la Urología española mantenga el altísimo prestigio que gracias a ellos goza en la actualidad, según palabras del Prof. Vela.
MADRID, MUSEO DE LA MEDICINA
Pio Baroja
Al final de la cuesta madrileña más literaria, la de Moyano, se levanta sobre un robusto pie de granito cuadrangular la figura de uno de los más celebrados escritores contemporáneos, don Pío Baroja, miembro de aquella ilustre “Generación del 98”. La estatua está dedicada por la ciudad de Madrid, como sucintamente reza una mínima inscripción en la base, donde también consta la fecha: 17 de marzo de 1980.
En tal fecha se inauguró, con la presencia del Alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, sus sobrinos Julio y Pío Caro Baroja, en su emplazamiento en el Parque del Retiro, no en vano el escritor vivió en las inmediaciones. El 19 de abril de 2007 fue trasladada al lugar que ocupa ahora y donde el escritor, y médico, paseara tantos días consultando libros en las casetas de esta especie de feria de libros permanente que él mismo impulsó.
Su inseparable boina, bufanda y un gabán entreabierto caracterizan al escritor en esta obra del escultor Federico Coullaut-Valera a la que puso pie la empresa Chicharro-Bravo.
Pío Baroja y Nessi, donostiarra de nacimiento, comenzó a estudiar la carrera de Medicina en la Universidad Central en 1887, a los quince años de su vida: “me lancé a estudiar una carrera como quien toma una pócima amarga” y en su libro “El árbol de la ciencia” dejará notables apuntes de su experiencia universitaria. En 1891 se trasladó a Valencia para estudiarla y el 27 de mayo de 1896 se doctoraba en la capital de España con la tesis “El Dolor. Estudio de Psicofísica”. Baroja tuvo, aunque breve, experiencia como médico pues ejerció en Cestona, aunque sólo por tiempo de un año pues regresó a Madrid para consagrarse como escritor.