Gaceta de Actualidad – Noviembre / Diciembre 2020

Museo de Medicina Infanta Margarita

Museo de Medicina Infanta Margarita

Nº 60 - 11 de enero del 2021

Real Academia Nacional de Medicina de España

BIENVENIDA

Excmo. Sr. D. Luis Pablo Rodríguez Rodríguez
Director del Museo

COMISIÓN DEL MUSEO DE LA RANME

Excmos. Sres. Académicos de Número

D. Luis Pablo Rodríguez Rodríguez
D. Javier Sanz Serrulla
D. Diego Gracia Guillén
D. Enrique Casado de Frías
D. Vicente Calatayud Maldonado
D.ª M.ª del Carmen Maroto Vela

Ilmos. Sres. Académicos Correspondientes

D. Francisco Vázquez de Quevedo
D. Eliseo Carrascal Marino

UNIDAD TÉCNICA

Excmos. Sr. D. Javier Sanz Serrulla
Director Técnico
D.ª Celia Rodríguez Varela
Catalogación

La crisis económica y social provocada por la llamada Pandemia de la COVID-19 ha trastornado tanto los planes de infinidad de instituciones de todo el mundo como la posibilidad de que broten nuevos proyectos, con sus previsibles afanes, en la “inercia” en que han ido surgiendo como puesta en marcha de razonados impulsos de dichas instituciones. Sabido es que ciertos proyectos ya en época si no de bonanza, al menos de normalidad, venían siendo etiquetados como “de lujo”, hasta el punto de que algunos museos de importancia y repercusión internacionales en el mundo de la cultura pero también en el de la economía por los ingresos que genera su visita –caso paradigmático es el Museo del Prado- han vinculado su sostenibilidad a las relaciones con empresas e instituciones de muy alto nivel, a veces formando parte de un notable patronato constituido al efecto, pues el compromiso del Estado llega a ser insuficiente. No es casualidad que algunos proyectos hayan derivado incluso al formato de “Museos virtuales” a cuya consulta puede accederse desde cualquier punto del planeta y cuyo mantenimiento es principalmente el derivado del presupuesto informático, sin que para ello se necesite siquiera de un inmueble.

Así las cosas, y previsiblemente por un tiempo no breve, parece conducirse la situación hacia museos muy ajustados a la medida de las instituciones, especialmente en lo que supone no ya una puesta en marcha sino un mantenimiento de la institución y unos gastos de personal, en cualquier caso constantes. Esta actitud, no obstante, no es la que se deriva exclusivamente de la “nueva situación” que atraviesa la sociedad sino que ya se advirtió en el I Foro de Museología Médica celebrado en esta Academia el 28 de febrero de 2015 con la presencia de especialistas de nivel nacional, donde todos vinieron a coincidir en la necesidad de plantear no ya la puesta en marcha de un museo sino su mantenimiento. Nuestra experiencia directa nos ratifica en esta línea después de haber visitado algunos museos internacionales de alto nivel sin visitante alguno, pese a estar integrados en instituciones prestigiosas que corrían con buena parte de los gastos, no obstante en el itinerario del mundo museológico los museos especializados no son la primera elección para el llamado “gran público”.

Solamente desde esta reflexión previa y que debe consensuar la institución puede iniciarse proyecto alguno de intención museística, habida cuenta del número no despreciable de museos que una vez puestos en marcha han tenido una vida efímera.

Prof. Javier Sanz Serrulla.
Director técnico del MMIM

MI DONACIÓN

El legado del Dr. Germán Pérez Casanova, de Segovia, ya forma parte del MMIM. Está constituido por abundante material de Obstetricia, especialidad a la que dedicó la mayor parte de su trayectoria profesional sin dejar por ello la asistencia médica general. Pendiente de catalogación, en tanto que pueda ser fotografiada cada pieza como lo requiere el programa DOMUS, al que vierten todas las que ingresan en el MMIM, puede contemplarse globalmente en las fotografías adjuntas, una panorámica del extenso legado, correspondiente a mediados del siglo XX donde la medicina llamada “general” era protagonista de muchos de los aconteceres cotidianos de asistencia “a domicilio”, o en clínicas sencillas, como fue el caso de los partos.

Desde el MMIM mostramos nuestro profundo agradecimiento por tan importante donación que viene a enriquecer nuestros fondos gracias, una vez más, al altruismo que muestran algunas personas por este proyecto que en definitiva es el legado palpable de una medicina que ellos mismos protagonizaron con gran mérito.


  


MADRID, MUSEO DE LA MEDICINA

Calle del Doctor Fourquet.

Placa del Dr. Fourquet en la calle que luce su nombre

En el entorno del Madrid cercano a la antigua Facultad de Medicina de la calle de Atocha se encuentra la calle rotulada en memoria del Dr. Fourquet, entre las de Valencia y la de Argumosa (cuya calle comentamos en esta misma sección en la Gaceta nº 57, de enero-febrero de este año de 2020). En los nueve azulejos de la placa aparece, escoltado por las fechas de su nacimiento y defunción, con la muceta amarilla de su traje académico universitario.

Asimismo puede contemplarse su figura, de cuerpo entero, en el famoso óleo de la operación de Diego de Argumosa rodeado de otros profesores del San Carlos, el cual se conserva en el hall de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.

Juan Fourquet Muñoz, hijo de francés y española, nació en Madrid el 31 de marzo de 1807 y en esta ciudad fallecería joven, el 21 de julio de 1865, víctima de la tuberculosis pulmonar que padeció largo tiempo. Graduado de Bachiller en Filosofía en 1824, inició a continuación sus estudios en el Colegio de San Carlos ese mismo año, inclinándose especialmente hacia la Anatomía humana, si bien fueron muy tempranos sus problemas visuales que le conducirían a la ceguera.

Acabados sus estudios médicos en 1831 fue profesor de Anatomía, realizando gran número de autopsias si bien también investigó con el microscopio, práctica poco habitual en su época, e inició su actividad profesional dedicado a la Urología. Tras doctorarse en 1846 fue nombrado catedrático de Anatomía un año después en el Colegio en que había estudiado y promovió el Museo iconográfico de la Facultad, no obstante había viajado por Europa visitando diversos gabinetes anatómicos. Tras su muerte recopiló sus trabajos anatómicos Julián Calleja, editándolos, en cuatro volúmenes, como “Tratado de Anatomía”.

En la Real Academia de Medicina ingresó como miembro de número en 1861.

Dispuso Fourquet en su testamento ser enterrado en fosa común junto a los pobres que morían en las salas de los hospitales, como un anónimo más, sin lápida que le identificara, y se cumplió su voluntad. El 13 de febrero de 1867 fue el decano Juan Castelló, respaldado por el claustro, el que solicitó al rector de la Universidad permiso para poner una placa en su honor, en el aula donde explicaba la Anatomía y así dice:

“Al catedrático D. Juan Fourquet Muñoz, fundador, en 21 de junio de 1865, de un premio anual a la ejemplar aplicación, sobresaliente aprovechamiento en Anatomía General y Descriptiva, el claustro de la Facultad de Medicina de la Universidad Central.”

Juan Fourquet aparece de perfil, sentado, el primero a la derecha de la imagen

NOTICIAS

Falleció Marino Gómez-Santos.

Marino Gómez-Santos con el Prof. Javier Sanz en el domicilio del primero, una semana antes de su fallecimiento

El pasado 9 de diciembre, a consecuencia de las complicaciones sufridas tras una caída en su domicilio, falleció en Madrid Marino Gómez-Santos a los 90 años de edad. En esta ciudad había decidido vivir desde que llegara a mediados de los cincuenta y se consagró al periodismo y a la literatura, biografiando a los grandes protagonistas de la cultura española, arrancando desde los miembros de la Generación del 98, y en gran medida poniendo la atención en los más ilustres médicos de la época, hasta el punto de ser considerado el mejor conocedor de los grandes protagonistas de la Medicina española, de lo que dan testimonio las biografías sobre Baroja, Marañón –que le valió el Premio Nacional de Literatura en 1971-, Ochoa –con diez libros sobre su persona y su peripecia humana y científica-, Grande Covián, López Ibor, De Castro, Díaz Rubio, etc., dejando pendiente de publicación sendas biografías ya rematadas sobre Botella Llusiá y Castroviejo, que no deberían quedar inéditas.

La relación de Gómez-Santos con la Academia fue de generosidad permanente, lo cual se testimonia en la donación del traje académico de Severo Ochoa y de la máquina de escribir en la que el Nobel, del que Marino fue albacea testamentario, redactó gran parte de sus trabajos de investigación.

  
En las últimas semanas el Director técnico del MMIM, Prof. Javier Sanz, compartió varias tardes con él, en su domicilio, hablando del pasado médico pero también de proyectos, incluso de la posibilidad de la presentación de alguno de sus próximos libros en la sede de la Academia, como ya hiciera en 2011 con el titulado “Manuel Díaz Rubio. Humanista de la Medicina”.

Con la gratitud del Museo de Medicina Infanta Margarita, descanse en paz tan importante conocedor de la Medicina española de casi un siglo, tan humana personalidad de bien.