Pieza del mes.
Veneno.
En la sección farmacológica del MMIM constan tres recipientes –dos cajitas y un frasco- con la contundente leyenda de VENENO, bajo el símbolo de la muerte que representaba la calavera humana sobre dos tibias cruzadas en aspa.
Aunque algunos venenos como el de las abejas o el de algunas serpientes gozan de tradición más que milenaria entre la terapéutica ancestral, y también el obtenido del cornezuelo de centeno, más de un profano siente extrañeza al ver en un ambiente de fármacos que, mal que bien, es de consenso general que intentaban la cura de las enfermedades casi de cualquier índole, encontrarse nada menos que con aquello que induce a lo que gráficamente representa, la muerte. Sin embargo, cuando atienden a la explicación de que sus destinatarios serían ciertos animales nocivos o molestos en la casa, acaban entendiéndolo. No obstante, la imagen gráfica del trisílabo y los huesos humanos no dejan de impactar en una primera visión.
Mi donación.
Medalla del Dr. Marañón.
Entre las piezas numismáticas del MMIM existe una medalla con el busto del Dr. Gregorio Marañón, Académico de Número que fuera de esta Real Academia Nacional de Medicina, además de la Española y las de Historia, Bellas Artes y Morales y Políticas, que ya fue reseñada en la “Gaceta de Actualidad” de marzo de 2016.
Las características de esta medalla en bronce, de 8 cms. de diámetro y labrada en relieve, como puede comprobarse en las imágenes son las siguientes: en el anverso ocupa el lugar principal el perfil de Gregorio Marañón, citado así y en mayúsculas, que aparece flanqueado por las fechas de nacimiento y muerte, 1887-1960, y un microscopio, símbolo de la investigación científica; en el reverso el árbol ocupa lugar central de la ciencia rodeado de un pensamiento marañoniano: SI SE VE DETRAS DE LO QVE DIGO A ALGVIEN QVE PASA Y NO NOMBRO ESE ALGVIEN SOY YO.
Madrid, Museo de la Medicina.
Calle del Marqués de Toca.
En el barrio de Embajadores, limitada por las calle de Atocha y Santa Isabel, discurre la rotulada como “Calle del Marqués de Toca” que deja nombre y apellidos además de las fechas de nacimiento, 1806, y defunción, 1880. No es casualidad que próximas a la antigua Facultad de Medicina y al Hospital de San Carlos florecieran en las esquinas de muchas de estas rúas los nombres de célebres médicos de la época como Argumosa, Fourquet, Mata o Drumen.
Melchor Sánchez-Toca Sáenz de Lobeza nació en Vergara (Guipúzcoa) el 5 de enero de 1804. Tras los primeros estudios en el seminario de aquél lugar y posteriormente en la Universidad de Oñate, ingresó para estudiar la Medicina en el madrileño Colegio de San Carlos, en 1826, especializándose en Cirugía como alumno distinguido de Argumosa. En 1834 ganó el grado de Doctor y decidió quedarse en la capital del reino donde obtendría importantes éxitos profesionales como la obtención por oposición, a fecha 20 de marzo de 1837, de la Cátedra de Operaciones de la Facultad de Medicina, a resultas de lo cual y conforme al reglamento de la época se incorporó el 1 de abril de ese año como miembro de la Real Academia Nacional de Medicina, con la medalla nº 3, y cuya presidencia ocuparía tras las elecciones de 1866, 1868 y 1876.
Práctico más que teórico, formó a su lado a eminencias como Juan Creus y Manso, a la postre su sucesor en la cátedra madrileña y en la Academia.
Atendió a la Familia Real como su médico y cirujano, distinguiéndole con el marquesado de Toca, y falleció el 4 de julio de 1880, recibiendo sepultura sus restos en su villa natal, donde se había retirado una década atrás.
Al menos dos testimonios más pueden contemplarse en instituciones médicas madrileñas íntimamente vinculadas. El primero es una placa en su memoria que flanquea, junto a la de su compañero Argumosa, la presidencia del Pequeño anfiteatro del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid, antigua Facultad de Medicina de la Universidad Central.
El otro es el hall de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, conforme se ingresa en el edificio, a mano izquierda. Se trata del cuadro de enormes dimensiones en el que el egregio profesorado madrileño asiste a una operación protagonizada por Diego de Argumosa. Pues bien, la figura de uno de los asistentes, Melchor Sánchez de Toca, es la primera de los sentados a la mano derecha del operador Argumosa.