MI DONACIÓN.
Fórceps dental. Siglo XVII.
Con motivo de la celebración del “II Congreso Europeo de Historia de la Odontología”, el turinés Valerio Burello, conservador de la Collezione Storica de la Dental School de Turín, donó al Prof. Javier Sanz este valioso fórceps dental, quien a su vez lo ha donado al Museo de Medicina Infanta Margarita.
Se trata de un valiosísimo ejemplar del siglo XVII –uno de los más antiguos objetos, si no el que más, que guarda a partir de ahora el MMIM- destinado a la extracción dental. A la medida de la mano del hombre, está fabricado artesanalmente en hierro, con dos remates dorados en el extremo de las ramas. Una de las singularidades de estos fórceps de época es el diseño artístico del que gozan, pues, sin perder de vista el mismo para cumplir su función, se adorna de tal manera que asemeja la cabeza de un ave, con su pico, revalorizándose así más allá de su uso.
El uso de estos instrumentos para resolver tajantemente uno de los más penosos problemas que históricamente han atormentado al hombre, la odontalgia, se remonta a épocas de las medicinas griega y romana, fabricándose en hierro, con tosco diseño pero con el mismo fundamento. A partir de mediados del siglo XIX fueron fabricados en los EE.UU. de forma industrial, con una excelente acogida por parte de los dentistas de todo el mundo. En ese amplísimo intervalo, herreros, orfebres y plateros diseñaron fórceps a gusto del cliente, quien muchas veces aportaba la ilustración aparecida en algún libro de la especialidad. En los mejores museos del ramo se conservan ejemplares parecidos, siendo los de esta antigüedad los más valiosos.
MADRID, MUSEO DE LA MEDICINA.
Ángel De Larra y Cerezo.
En la fachada del número 12 de la céntrica calle de Juan Álvarez Mendizábal, domicilio muy próximo a la Plaza de España, contemplamos a la altura del primer piso, entre los balcones situados a la izquierda de la puerta, una placa que fue colocada en el año de 1958, cuando se cumplía el centenario de la muerte del homenajeado: el Dr. Ángel Larra y Cerezo. Esculpido su retrato en un medallón redondo por Juan Alcor, reza así la leyenda: “En esta casa vivió el Dr. Larra y Cerezo, Académico y Médico Militar, Madrileño. 1958 1910.”
El Dr. Ángel Larra y Cerezo había nacido el 10 de abril de aquel año, mediado el siglo XIX, en su ciudad natal se licenció en la carrera de Medicina a los veinte años y dos después, en 1880, obtenía el doctorado. Un año antes había ingresado en el Cuerpo de Sanidad Militar, dedicando a la medicina militar la mayor parte de su ejercicio, con destino en Cuba antes de asentarse en la capital. Sus escritos versaron también sobre el amplio tema de la sanidad militar y dirigió por algún tiempo “La Medicina Militar.” Ingresó como Académico de número de la RANM el 9 de noviembre de 1902, leyendo el discurso “Los grandes problemas higiénicos y sociales en relación con las instituciones armadas.” Falleció el 26 de julio de 1910, tal como relata V. Matilla, “a las treinta horas de haber sido sometido a una intervención quirúrgica para el tratamiento de una gravísima dolencia.”
Asimismo, el callejero madrileño cuenta con una calle dedicada a su memoria. Subiendo por el Paseo de Extremadura, a la mano izquierda, parte desde la calle de la Grandeza Española la calle dedicada al académico, que va a parar a las cercanías de la parroquia de San Juan Bosco.
NOTICIAS
El pasado 5 de abril, el Director técnico del Museo de Medicina Infanta Margarita, Prof. Javier Sanz, a su vez Académico correspondiente de la RANM, fue elegido Académico de Número de dicha corporación. Ocupará el sillón nº 24, “Historia de la Medicina”, vacante tras el fallecimiento del Excmº. Sr. Prof. Luis S. Granjel.