La medicina y el Quijote

Conmemoraba España la edición de la segunda parte de “El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha” en su cuarto centenario. Cuatro siglos después, la obra de Miguel de Cervantes permanece en la cumbre de la lite­ratura mundial y al mismo tiempo mantiene una notable actualidad. A nadie que ame la literatura deja indiferente este libro del caballero andante que, además de un libro de aventuras, es también un buen tratado de antropolo­gía humana.

Después de los lectores de a pie llegaron de inme­diato los literatos, los buenos tasadores de las pala­bras, también los historiadores, los localistas, y cómo no, los médicos. Y es que “El Quijote” está bien cuajado de circunstancias de índole médica, las más de las ve­ces accidentadas, que llevan tanto al estudio como a la reflexión del tema no sólo a los historiadores de la medicina, sino a los médicos en general. La peripecia constante de Alonso de Quijano requiere en no pocas ocasiones auxilios de la mano de quienes anduvieren cerca, si bien esa mano la lleva el propio autor en calidad de hijo de “cirujano menor”.

Miguel de Cervantes Saavedra fue el cuarto hijo de los siete que tuvieron Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas. Algo de medicina aprendió Rodrigo con su abuelo materno, médico, y faltando éste con su padrastro, también galeno, pero no llegó a culminar estudios universitarios como ambos, debiendo confor­marse con el ejercicio resolutivo de las ingratas tareas de la cirugía menor. Un curioso observador como ese Miguel joven no debió ser ajeno al oficio del padre, de ahí que los asuntos médicos estén tan bien machihembrados en la obra como otros tantos de otra índole.

La Real Academia Nacional de Medicina tiene bien definido su lugar en el amplio panorama en el que el país va a homenajear al autor y a su obra. Y lo hizo donde le corresponde, en la reflexión médica y desde la perspectiva histórica, con esta exposición rotulada: LA MEDICINA Y EL QUIJOTE, de la cual formó parte importante la selección de insólitas ediciones de la magistral obra cedidas por un notable bibliófilo cervan­tino, el Dr. Ángel Gómez Mascaraque, por cuya generosidad la RANM manifiesta su testimonio de gratitud.

Prof. Luis García-Sancho Martín
Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina
Comisario de la exposición

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