Historia de la urología hispánica

El interés de la medicina por las enfermedades y oficios que constituyen la moderna Urología, en el largo camino de nuestra historia peninsular, europea y del Nuevo Mundo, se ha manifestado de maneras muy diversas.

Hasta el siglo XVI nos diferenció de la tradición grecolatina dominante en la Europa mediterránea, la presencia en territorio peninsular de la cultura arábiga centrada en la Córdoba de los siglos X a XII que nos dejó nombres como Maimónides, Averroes o Abulcasis, de imborrable recuerdo. En el siglo XVI nuestra presencia en Italia y Flandes, junto al descubrimiento del Nuevo Mundo, motivo singular contraste de nuestro quehacer médico y científico; el interés peninsular y europeo por el mal de piedra, las carnosidades de la verga, la anatomía, contenido den las obras Gutiérrez de Toledo, Francisco Díaz, Valverde de Amusco o Andrés Laguna, entronca con las nuevas enfermedades como el mal de Bubas, y la farmacopea indiana supera ampliamente al tradicional Dioscorides. Hay algunos aspectos interesantes en la Urología ilustrada, pero hubo que esperar hasta la generación del 98 para encontrarnos con la identidad y el renacimiento de la Urología hispánica. Aquellos cirujanos que trabajaron en Filipinas o en Cuba o en distintos puntos del continente americano, son los que fundan la Asociación Española de Urología (AEU) y contribuyen, ya como distinguidos urólogos, a la fundación de numerosas sociedades hispanoamericanas e internacionales. Algunos de ellos, como Pulido o Suénder, lo harán desde la Real Academia Nacional de Medicina.

Prof. Remigio Vela Navarrete.
Académico correspondiente honorario de la Real Academia Nacional de Medicina de España.
Comisario de la exposición.

BANDEROLA