Bicentenarios de Jenner y Luzuriaga. La vacuna: su difusión en España y América

Las pandemias han existido desde los albores de la Humanidad como resultado del espacio que se comparte entre microorganismos y el propio humano. Una serie de determinantes, como la pobreza, la ignorancia y la falta de higiene las favorecieron entonces y, hoy, a esas circunstancias se unen la superpoblación, la agresión al medioambiente y la rapidez de los viajes internacionales.

La viruela, o peste de Antonino, fue la primera pandemia de nuestra era. Se propagó durante 15 años (165-180 d.C.) y alcanzó desde el oriente al occidente con el desplazamiento de las legiones romanas. En su expansión, causó entre 3 a 5 millones de muertes en una población total de 40 millones de habitantes, incluido el emperador Marco Aurelio. Para muchos historiadores esta epidemia contribuyó a que el mundo clásico no se recuperara ya.

Galeno (130-200 d.C.), considerado el fundador de la medicina razonada, fue testigo directo de un brote en Aquilea, junto a Venecia, cuando regresaba a su cuidad natal, Pérgamo. En suDe methodo medendi, Galeno describió de forma dispersa los síntomas que, puestos en conjunto, coinciden con la viruela, término que no se acuñaría hasta el siglo VI por el obispo suizo Mario de Avenches.

Esta enfermedad que incidía con igual saña en Europa, China, India o África, hizo de las creencias religiosas refugio del dolor y marcó las culturas respectivas con expresiones artísticas de gran interés. Saltó al Nuevo Mundo con el comercio, de manera importante a partir del siglo XVIII con la trata de esclavos en los Virreinatos de España, el Brasil portugués, las 13 Provincias del Norte de Inglaterra y en las posesiones caribeñas de Holanda y Francia. A lo largo de la Historia, todos los países habían aprendido de manera empírica a protegerse de la enfermedad mediante la “variolización”, cuya sistematización introdujo en Europa Lady Mary W. Montagu desde Constantinopla en 1721, sin que faltaran muchos detractores.

Cuando Edward Jenner descubrió la vacuna en 1797, también hubo muchas reacciones a su práctica por el pretendido riesgo de “minotaurizar” a las personas, e incluso su estudio, repetido en 23 individuos, fue rechazado por la Royal Society de Londres. Finalmente lo publicaría como parte de su libro An inquiry into the Causes and Effects of the variolae vaccinee, 1798. Quedaba así abierta una nueva ciencia, la inmunología, además de la era de las vacunas. Pero la vacunación también tuvo muchos adeptos, como Napoleón, Carlos IV, Voltaire y muchos médicos. En España, Ruiz de Luzuriaga y Balmis. Con mayor o menor rapidez, los países fueron incorporando campañas de vacunación. En Francia, Moreau de la Sarthe escribió el Traité historique et practique de la vaccine en 1801. Balmis tradujo al español lo que le iba a granjear la confianza real para llevar adelante la Expedición Filantrópica de la Vacuna entre 1803 y 1806, por toda América, Filipinas y la provincia de Cantón en China. Era la primera vez en la Historia en la que la salud había tomado cuerpo como bien global. En la España peninsular, el Informe imparcial sobre el preservativo de las viruelas, 1801, de Ignacio M. Ruiz de Luzuriaga, estableció los criterios de vacunación y desempeñó un papel catalizador despertando el interés entre los médicos y científicos y procurándoles la vacuna.

Todos los países tuvieron sus héroes en la erradicación de la viruela. A los de Iberoamérica, esta RANM también rendirá oportuno homenaje. En 1977, el ultimo caso de viruela ocurrió en Somalia, Ali Maow Maalin, cocinero del hospital de Merca y, en 1980, sin ningún caso nuevo, la OMS declaró con solemnidad su erradicación del planeta, la única enfermedad erradicada hasta la actualidad.

Estimado y curioso visitante, esta exposición hace un recorrido sucinto por la remota historia de la viruela entre faraones, emperadores romanos, reyes y gentes. También quiere traer ecos del impacto religioso, cultural y artístico que tuvo en los distintos continentes, en el estudio que de ella hicieron los grandes médicos empezando por Galeno y , frente a los negacionistas, la generosidad desplegada por muchos que llevaron la vacuna a los últimos rincones de la tierra, hasta su erradicación. Sin Jenner, Ruiz de Luzuriaga y Balmis no se habrían sentado las bases de esta gesta de la Salud Pública. 

Prof. Jorge Alvar, Prof. José Tuells.

Comisarios de la exposición

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