La aparición de la imprenta de tipos móviles supuso la democratización del saber o, por mejor decir, la posibilidad de la democratización del saber. Este fue un hito prerrenacentista que tanto ayudó al gran fenómeno del Renacimiento pues la revisión y puesta al día de las fuentes originales del saber pudo ser vehiculizada no como hasta entonces por copias de textos que de mano en mano acababan por corromper las fuentes primarias, sino por medio de documentos inalterables que constituyeron el cuerpo de las bibliotecas, de instituciones o particulares, donde recurrir para descubrir o ratificar el conocimiento aprendido o intuido. En el caso concreto de la Medicina, no menos que en otras ciencias, la invención de la imprenta fue un hito previsiblemente sin fecha de caducidad. Pero, desde el inicio de la impresión de aquellos incunables, no fueron los libros mero acúmulo ordenado de saberes sin más. En el ánimo de los editores estuvo siempre presente la composición artística del libro, de tal manera que cada uno tuvo su personalidad, conforme a presupuesto, con sus portadas, sus retratos o sus ornamentos que dotaban de singularidad y belleza a este nuevo objeto, aunque la materia que se tratara, la ciencia médica, fuera algo tan aparentemente lejano a las que en la Ilustración se acuñaron con el rótulo de “Bellas Artes”. Capítulo aparte merecen los grabados anatómicos incluidos en los textos de la especialidad como apoyo para mejor aprendizaje del lector, y entre ellos hubo gama de calidad que llega hasta la excelsitud. Pues bien, esta exposición, con ejemplares provenientes en su totalidad del impresionante fondo antiguo de la Biblioteca de la Real Academia Nacional de Medicina de España, exhibe la singularidad artística del libro médico en cuanto que si bien es un complemento no deja de ser la aportación definitiva que cuadra y retrata el singular libro médico de una época.
Horario: De Lunes a Viernes de 10:00 a 14:00 y a partir del 15 de septiembre Martes incluídos hasta las 20:00. (Cerrado agostos y festivos)
Excmo. Sr. D. Javier Sanz
Académico de Número de la RANME
Comisario de la exposición