En 2021 se cumplió un siglo del Desastre de Annual, acontecimiento ocurrido en el Protectorado de Marruecos entre el 21 de julio y el 9 de agosto de ese año, una de las más trágicas derrotas sufridas por el ejército español a lo largo de su historia. Entre el 8 de septiembre y 13 de octubre de 1925 la Armada y el Ejército español, en colaboración con tropas francesas, realizaron con éxito el desembarco de Alhucemas ocupando y pacificando la zona española del Protectorado en la primavera de 1926 lo que contribuyó a poner fin a la Guerra del Rif.
Las circunstancias que concurrieron en este período bélico dieron lugar a importantes avances médicos y sanitarios que desde entonces han contribuido a salvar numero
sas vidas en guerras y catástrofes y a mejorar significativamente la asistencia sanitaria en los seres humanos. No hay duda que si surge algo positivo en la guerra, son los progresos médicos que se producen en ella.
En apenas unos años se mejoró el transporte de los heridos empleando ambulancias, barcos- hospital y aviones sanitarios, se desplegaron hospitales de campaña en vanguardia para acortar el tiempo desde que se producían las bajas hasta que éstas recibían el primer tratamiento y se realizaron intervenciones quirúrgicas novedosas en aquella época, al emplear por primera vez en la Historia la anestesia epidural. Finalmente, gracias a un escalonamiento sanitario ágil y adaptado a la zona, los enfermos y heridos se recuperaban en hospitales de retaguardia ubicados en la Península Ibérica.
Fidel Pagés Miravé, Mariano Gómez Ulla, Víctor Manuel Nogueras, Carmen Angoloti o Elvira López Mourín ya forman parte de la historia médica de aquel conflicto. Su liderazgo, carisma y ejemplaridad ayudaron a salvar la vida a muchos de los heridos en esta campaña y nos deben servir de estímulo en nuestro quehacer diario.
Médicos militares y civiles, enfermeras de la Cruz Roja española, religiosas, frailes, sanitarios, militares, voluntarios… aplicaron sus conocimientos, tesón y trabajo en aras del cuidado del enfermo, sin lugar a dudas, fin último de cualquier profesional de la sanidad. Con esta exposición, la Real Academia Nacional de Medicina de España rinde un sentido homenaje a todos aquellos que, sirviendo a la Patria, enaltecieron la ciencia médica.
Don José Antonio Rodríguez Montes
Académico de Número de la RANME
Don Ricardo Navarro Suay
Teniente Coronel Médico